Alejandro Dumas es uno de los escritores franceses más reconocidos en todo el mundo. A lo largo de su vida escribió una gran cantidad de obras distribuidas por diferentes países y traducidas a casi 100 idiomas, sumando unas 100 mil páginas en trabajos. Sus novelas más populares son El Conde de Montecristo y Los Tres Mosqueteros. Aquí tienes una selección de las mejores frases de Alejandro Dumas, que probablemente hayas leído en alguno de sus libros o escuchado en alguna de las casi 200 adaptaciones cinematográficas.

Célebres frases de Alejandro Dumas
La felicidad hace buenos incluso a los malos.
¿Cómo escapé? Con dificultad. ¿Cómo planeé este momento? Con placer.
Todos para uno y uno para todos.
Sé amable, apunta a mi corazón.
La diferencia entre la traición y el patriotismo es solo cuestión de fechas.
La debilidad de nuestra naturaleza siempre es creernos mucho más infelices que aquellos que gimen a nuestro lado.
La sabiduría humana se encierra por entero en estas dos palabras: ¡Confiar y esperar!
Las personas piden consejo solo para no seguirlo; o si lo siguen, para tener a alguien a quien culpar por haberlo dado.
Las heridas morales tienen esta peculiaridad: pueden estar ocultas, pero nunca se cierran; siempre son dolorosas, siempre están listas para sangrar cuando se tocan, permanecen frescas y abiertas en el corazón.
La felicidad es egocéntrica.
El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.
Ah, labios que dicen una cosa, mientras el corazón piensa en otra.
Las mujeres nunca son tan fuertes como después de su derrota.
Cuando un hombre decide vengarse, primero debe arrancar el corazón de su pecho.
La prisa es un pobre consejero.
Por bien que se hable, cuando se habla demasiado, siempre se acaban diciendo tonterías.
Siempre he temido más una pluma, una botella de tinta y una hoja de papel que una espada o una pistola.
El trabajo de uno puede terminar algún día, pero la educación nunca.
El odio es ciego; la ira te arrastra; y el que derrama venganza corre el riesgo de saborear una corriente amarga.
No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.
Cuando comparas las tristezas de la vida real con los placeres de la imaginación, nunca quieres volver a vivir, sino para soñar para siempre.
¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!
No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.
Todas las generalizaciones son peligrosas, incluso esta.
Hay dos tipos distintos de ideas: las que proceden de la cabeza y las que emanan del corazón.
Para todos los males, hay dos remedios: el tiempo y el silencio.
Soy fuerte contra todo, excepto contra la muerte de aquellos a quienes amo. El que muere gana; el que ve a otros morir, pierde.
Que los elefantes sean tan inteligentes y los hombres tan bestias debe ser debido a una cuestión de educación.
Si deseas descubrir a la persona culpable, primero descubre a quién le puede ser útil el crimen.
¿Cómo es que los niños pequeños son tan inteligentes y los hombres tan estúpidos?
Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.
Una mente debilitada siempre ve todo a través de un velo negro.
Una persona que duda de sí misma es como un hombre que se alista en las filas de sus enemigos y blande sus armas contra sí mismo.
El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere igual: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones.
El alma crea sus propios horizontes; tu alma está oscura, por eso ves un cielo tan nublado.
La vida es fascinante: solo hay que mirarla a través de las gafas correctas.
En los negocios no existen los amigos: no hay más que clientes.
Si das la impresión de necesitar cualquier cosa no les darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico.
El tiempo solo se calcula por la felicidad o por el dolor.
La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.
Además de las mejores frases de Alejandro Dumas ve también aquí frases de otros personajes de la historia.