Se rendía idolatría al máximo dios Inca, el Inti o Sol.
Era uno de los templos sagrados de Perú más admirados y respetados.
No solo se reverenciaba al sol, sino a otras deidades como la luna, venus, las pléyades y otras constelaciones.
Sobre los cimientos y muros de este templo Inca fue construido el Convento de Santo Domingo.
Los españoles revistieron las paredes con yeso, pintura e imágenes de santos para cubrir las huellas de los Incas.
Fotografía: Toni Rivera
Los hallazgos del Coricancha se producen luego de terremotos que azotaron Cuzco, cuando las paredes construidas durante la colonización cedieron.
Es así un ejemplo de arquitectura. Los bloques de piedra colocados por los incas han resistido el paso del tiempo y el golpe de terremotos.
Las paredes del Coricancha no estaban desnudas, los muros y pisos estaban cubiertos por hojas de oro macizo, y el jardín tenía estatuas de oro.
A unos pasos del Coricancha se encuentra un museo subterráneo que contiene piezas arqueológicas, momias, textiles y los ídolos sagrados, relacionados con el templo y la cultura incaica.