Juan Rulfo es uno de los escritores latinoamericanos más importantes y reconocidos a nivel mundial. De sus seis obras, dos son las más emblemáticas: ‘Pedro Páramo’ y ‘El llano en llamas’. En ellas presenta una combinación entre la realidad y la fantasía, manejando el género de la novela revolucionaria mexicana. Rulfo se destacó por su narrativa y estructura novedosa, convirtiéndose en uno de los precursores del boom literario latinoamericano. Lee algunas de las más destacadas frases de Juan Rulfo aquí.
Mejores frases de Juan Rulfo
“El alma es antípoda del cuerpo, y así amanece para ella cuando anochece para él.”
«Quizá entonces se volvió malo, o quizá ya era de nacimiento.»
«Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague.»
“Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad.”
“Los problemas sociales se pueden plantear de una manera artística. Es difícil evadir de una obra el problema social.”
“Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar el pensamiento a la escritura.”
“Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella carga y reventó.”
“La gente se muere dondequiera. Los problemas humanos son iguales en todas partes.”
“Me puse a medir el tamaño de mi cariño y dio 685 kilómetros por la carretera. Es decir, de aquí a donde tú estás. Ahí se acabó. Y es que tú eres el principio y fin de todas las cosas.”
“¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.”
“Desgraciadamente, yo no tuve quien me contara cuentos; en nuestro pueblo la gente es cerrada, sí, completamente, uno es un extranjero ahí.”
“Yo lloro, sabes, lloro a veces por tu amor. Y beso pedacito a pedazo cada parte de tu cara y nunca acabo de quererte.”
“Me gustas más cuando te sueño, entonces hago de ti lo que quiero.”
“Chiquilla: ¿Sabes una cosa? He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni más ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños.”
“No tenía ganas de nada. Solo de vivir.”
“Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan.”
“Estas charlas que yo tengo con mi conciencia son a veces muy largas, duran días enteros.”
“Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.”
“El sueño es un buen colchón para el cansancio.”
“¿Por qué las mujeres siempre tienen una duda? ¿Reciben avisos del cielo, o qué?”
“Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros.”
“Concretando: trabajo con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.”
“Sé que, a veces, cuando me examino el alma, la siento un poco quebrada.”
“Siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente.”
“Ese sueño que eres tú todavía dura. Durará siempre, porque siento como que estás dentro de mi sangre y pasas por mi corazón a cada rato.”
“Miraba caer las gotas iluminadas por los relámpagos, ya cada que respiraba suspiraba, y cada vez que pensaba, pensaba en ti.”
“Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas suben los sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si allá abajo lo hubieran encañonado en tubos de carrizo.”
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